La importancia del uno por ciento

Nunca subestimes el valor del uno por ciento. El uno por ciento puede sonar insignificante, pero no lo es. A nivel genético, los humanos somos solo un uno por ciento diferentes de los chimpancés.

Si estuviera 99% feliz y solo 1% triste, ¿estaría satisfecho con este resultado? Si estuviera 99% bien y solo 1% enfermo, ¿sería esto aceptable? Supongamos que una persona estuviera 99% cuerda y solo 1% demente, ¿sería esta una proporción segura? Sugiero que la respuesta a estas tres preguntas es no.

El uno por ciento de tu vida son unos quince minutos cada día.

Quince minutos de tristeza, enfermedad o locura diaria es demasiado para ser considerado satisfactorio, aceptable y seguro.

Quince minutos de tristeza todos los días pueden llevar a una persona a suicidarse. La enfermedad del uno por ciento podría ser una migraña diaria que dura 15 minutos. Imagínese el daño que una persona podría hacer si estuviera loca durante quince minutos todos los días. Una vez le hice este comentario a mi padre, un abogado defensor penal, para darle una nueva perspectiva sobre sus clientes que cometen actos atroces. Es fácil verlos como personas horribles. Pero nadie es horrible todo el tiempo. Las buenas personas se comportan mal cuando están tristes, enfermas o locas, e incluso el uno por ciento puede tener consecuencias devastadoras. “La próxima vez que defienda a alguien acusado de asesinato”, le dije, “recuerde que él o ella probablemente tuvo buenas intenciones el 99% de las veces… si eso cambiara por solo 15 minutos, sería tiempo suficiente para fuera el asesinato”. La respuesta de mi papá: “Diablos, solo toma un segundo apretar el gatillo. Quince minutos es tiempo suficiente para deshacerse del cuerpo”. ¡Ay!

Por lo tanto, nunca más mire el 1% como una diferencia insignificante. Debemos luchar por el 100% de felicidad, bienestar y cordura. Eso no quiere decir que exista un ser humano perfecto. Tampoco significa que debamos juzgarnos a nosotros mismos oa los demás por no alcanzar la perfección. La idea es seguir trabajando en ti mismo para minimizar cualquier tristeza o enfermedad que de otro modo podrías ignorar o aceptar como parte de la vida.

Está en tu poder buscar, encontrar y eliminar tu uno por ciento que bloquea la paz y causa sufrimiento. No cuesta nada, así que cualquiera puede hacerlo.

Pero casi nadie lo hace, porque requiere una actitud y acciones correctas en todos los aspectos de la vida, no solo en las partes en las que ya te está yendo bien.

Comience por revisar las nueve necesidades humanas. Revíselos a diario. Hasta que no optimices tus nueve necesidades básicas, no servirá de mucho perseguir otros deseos y necesidades. Haz pequeños cambios todos los días.